Asociación de Librerías. Entrevista Oscar Martín
El olor a nuevo y la tarea de forrar los libros son dos clásicos de la «vuelta al cole”. Septiembre arrancó y en otras circunstancias serían eternas las filas en las librerías de padres e hijos a la espera del nuevo lote de libros de texto para el curso escolar. Este año esas filas no se han producido y las compras marcadas por esta «nueva normalidad» se han hecho en su mayoría por encargo o a domicilio.
El presidente de la Asociación de Librerías de Zaragoza y también presidente de la Federación Aragonesa de Librerías, Óscar Martín, comparte esa incertidumbre con padres y profesores, pero asegura que tratan de adaptarse a esta nueva situación con nuevos servicios.
Pregunta.- Con el arranque de un nuevo curso escolar «atípico», ¿cómo han vivido esta situación?
Respuesta.- Con muchas diferencias sobre el año pasado, la mascarilla y las medidas sanitarias han supuesto que la relación con el cliente y el comportamiento de estos en la compra sea distinta. Se han multiplicado los envíos a domicilio y los encargos por lo que la asistencia de público a los comercios ha disminuido considerablemente. Tenemos incertidumbre sobre el futuro y tratamos de adaptarnos a la nueva situación ofreciendo nuevos servicios.
P.- ¿Esta situación ha retrasado la compra de material escolar y libros de texto?
R.- Por los comentarios que recibimos de algunos clientes este sería uno de los motivos principales.
P.- ¿Hay algunos cursos en los que, en especial, se haya registrado un mayor descenso de ventas?
R.- En ventas de mostrador el descenso de venta en libros de texto se produce en los cursos que cubre el Banco de libros del Gobierno de Aragón. Ha aumentado el número de usuarios de este servicio por lo que reutilizan libros de años anteriores y no necesitan adquirir estos materiales.
Por otra parte, en los últimos años, la tendencia entre el profesorado en centros escolares es solicitar menos libros de texto y utilizar más materiales propios o de papelería para la realización de proyectos.
P.- ¿Cómo se han comportado las compras realizadas por encargo?
R.- Los encargos han crecido. Clientes que nunca habían realizado reservas este año querían evitar hacer viajes, de esa manera reciben un aviso cuando su pedido está completo.
P.- Algunas familias no quieren que les vuelva a pasar como el curso anterior en el que sus hijos se quedaron sin utilizar algunos de los libros de texto, ¿es un discurso que han oído?
R.- En algunos casos sí, pero no es algo generalizado. Los centros escolares tienen la experiencia de la pasada primavera y están preparados para que los alumnos aprovechen los libros.
P.- Las librerías, al final, son uno de los sectores que están sufriendo las consecuencias de la incertidumbre con el nuevo curso escolar…
R.- También las empresas de comedor, las extraescolares… Somos muchos los vinculados directamente a los centros escolares y todas sus decisiones nos afectan en mayor o menor medida.
P.- ¿Cree que esta crisis sanitaria ha sido, quizás, la puntilla para este sector que ya venía arrastrando otros problemas?
R.- Olvidándonos del libro de texto y centrándonos en la labor que realiza una librería durante todo el año está claro que nos ha afectado muchísimo y aunque nos gusta ser optimistas muchos creen que lo peor está por venir en los próximos meses. En primavera perdimos el 23 de abril y las distintas ferias, la venta de lecturas a escolares y la realización de una infinidad de presentación y otros eventos vinculados al libro y a los autores.
P.- En agosto se publicó la puesta en marcha de una línea de ayudas del Ministerio de Cultura y Deporte a propuesta de la Dirección General del Libro y Fomento de la Lectura, que destinará un fondo valorado en 4 millones de euros en ayudas al sector de las librerías, ¿qué les parece esta medida exclusiva para librerías independientes?
R.- Me parece interesante y necesaria. La red de librerías es fundamental en pequeñas y grandes ciudades y hay que incentivar medidas para protegerlas. Por otra parte, los planes de apoyo a la lectura en centros escolares, debería ser una prioridad por parte de los gobiernos autonómicos.
P.- En marzo reclamaron el pago inmediato de las becas de libros de texto que estaban pendientes desde hace seis meses, ¿cómo ha transcurrido esta situación?
R.- Durante ese mes se fueron abonando las facturas pendientes. Los trámites administrativos retardan el pago y la situación del sector es delicada. La relación con el departamento de educación es buena, nos reunimos en varias ocasiones a lo largo del año y valoran nuestras opiniones y los proyectos que acometen vinculados al libro.